Esta cirugía plástica permite aumentar o disminuir el tamaño de la nariz, afinar las alas nasales y cambiar la forma de la punta o del dorso nasal, todas soluciones que contribuyen a ajustar sus proporciones y realzar la armonía del rostro. También puede corregir defectos de nacimiento o causados por accidentes, así como mejorar dificultades en la respiración nasal.
Esta cirugía plástica mejora la apariencia de los párpados, eliminando las bolsas de grasa y los excesos de piel tanto en los párpados superiores como inferiores. Corrige de este modo el aspecto de vejez y cansancio que producen estas acumulaciones, las que incluso pueden llegar a dificultar la visión.
Esta cirugía plástica mejora los signos más visibles del proceso de envejecimiento en el rostro producidos por la relajación de la piel, las arrugas generadas por la gesticulación, o el desplazamiento de la grasa que rellena el volumen de las mejillas y el cuello. Estos efectos se manifiestan con los años por diversas causas como la fuerza de gravedad, la exposición solar, el stress o aspectos hereditarios.
Esta cirugía plástica ayuda a neutralizar los signos visibles del paso del tiempo en la línea de la mandíbula y el cuello. Elimina los excesos de grasa y relajación de la piel en la parte inferior del rostro, el mentón y el cuello, junto con acortar los músculos de esta área. A veces, mientras la parte superior del rostro mantiene su buena apariencia, la parte inferior puede requerir una intervención para armonizar ambas.
Esta cirugía plástica se concentra en eliminar la piel suelta y los excesos de grasa en la parte delantera del cuello, junto con acortar los músculos deformados en esta zona, de modo de lograr una apariencia más armónica con la parte superior del rostro.
Esta cirugía plástica ayuda a neutralizar los signos visibles del paso del tiempo en la línea de la mandíbula y el cuello. Elimina los excesos de grasa y relajación de la piel en la parte inferior del rostro, el mentón y el cuello, junto con acortar los músculos de esta área. A veces, mientras la parte superior del rostro mantiene su buena apariencia, la parte inferior puede requerir una intervención para armonizar ambas.
La cirugía plástica es un conjunto de procedimientos quirúrgicos y no quirúrgicos que modifican la forma de las estructuras corporales con el fin de mejorar la apariencia física de una persona y su autoestima. En este sentido, la cirugía plástica es una elección muy personal que debe realizarse para uno mismo, no porque la pidan otras personas, y en ella es importante considerar tanto los beneficios como los riesgos involucrados.
Es fundamental contar con un médico con experiencia, que genere confianza y aporte tranquilidad en una decisión tan relevante, y que entregue su asesoría en base a la identidad y estructura física del paciente, de manera de lograr un resultado lo más natural posible. Por ello, lo recomendable es elegir a un cirujano plástico inscrito en la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica (www.cirplastica.cl).
Es importante agendar con tiempo una consulta y llevar anotadas todas las preguntas y dudas que tenga. Es el momento en el cual podrá expresar los anhelos y los resultados esperados, así como las inquietudes anotadas. El cirujano plástico estudiará las características del paciente y evaluará lo solicitado, indicando el tipo de cirugía adecuado para sus objetivos. Al estar ambos de acuerdo, solicitará una serie de exámenes cuyo propósito es descartar cualquier problema que implique un riesgo.
Una vez revisados los exámenes y antecedentes de salud del paciente, el doctor agendará la operación. A partir de entonces deberán seguirse todas las instrucciones y cuidados que éste indique, antes de la cirugía, al internarse, y en la etapa postoperatoria. Por ejemplo, en esta última etapa debe evitar hacer esfuerzos, dejar de manejar y no practicar deportes por un buen tiempo, alejarse del sol y otras recomendaciones que permitirán tener una recuperación óptima y rápida.
Al hacerse una cirugía plástica es importante encontrarse en buen estado de ánimo y contar con el apoyo emocional de personas cercanas. Hay que prepararse para tolerar algunas incomodidades y malestares durante y después de las intervenciones, considerando eventuales cicatrices y efectos laterales. Asimismo, es recomendable proyectar la relación con el médico más allá de la operación, no solo para los controles posteriores necesarios, sino para aprovechar su consejo y su respaldo en el tiempo.